EL POLIDEPORTIVO
El lugar a donde pasaba las tardes junto a amigos del barrio era un campito que estaba entre el complejo de departamentos Villa Corina al que llamaban “el poli” porque años atrás se iba a construir un polideportivo.
Con compañeros de colegio organizábamos para ir por la tarde al Parque Dominico o al Monte Ingles pero siempre terminábamos en el potrero del barrio. Teníamos varios lugares a donde ir pero este era un predio inmenso, había lugar para todos, nadie nos podía acusar como en otros lados de romper plantas o romper vidrios con la pelota a la hora de la siesta.
Los colegios de la zona lo utilizaban para hacer actividades de educación física ya que había una cancha de básquet y un vestuario, pero este último estaba clausurado por que no estaba en condiciones. Los fines de semana se hacían asados y más tarde se juntaban entre vecinos a tomar mate y conversar.
El lugar se llenaba y nosotros que jugábamos a la pelota en grupo muchas veces venían pibes de la zona o de otros lados y nos desafiaban a jugar con ellos. A veces se jugaba bien pero otras veces por algún roce o patada fuera de lugar terminaba todo a las piñas. Con el paso del tiempo muchas de las cosas que conté se fueron perdiendo, por la noche como no había iluminación la zona se había convertido insegura.
Después de años de quejas y denuncias de vecinos el municipio comenzó con el proyecto del Polideportivo. Lo primero que hicieron fue una plaza para los más chicos, se alambró todo el predio, se construyó un club donde se dan clases de gimnasia, cumpleaños y reuniones vecinales.
Se remodeló la cancha de básquet y el vestuario y se utiliza los fines de semana para los campeonatos baby fútbol de FADI.
También se construyeron dos canchas de bochas para los mayores. Hay mantenimiento, se plantaron árboles, muchas flores, hay gente que cuida el lugar ya que por las noches permanece cerrado.
La gente está agradecida de haber recuperado este espacio de encuentro que está en la calle Homero Manzi 1600, entre Gral. Pico y la Avenida Centenario Uruguayo.
El lugar a donde pasaba las tardes junto a amigos del barrio era un campito que estaba entre el complejo de departamentos Villa Corina al que llamaban “el poli” porque años atrás se iba a construir un polideportivo.
Con compañeros de colegio organizábamos para ir por la tarde al Parque Dominico o al Monte Ingles pero siempre terminábamos en el potrero del barrio. Teníamos varios lugares a donde ir pero este era un predio inmenso, había lugar para todos, nadie nos podía acusar como en otros lados de romper plantas o romper vidrios con la pelota a la hora de la siesta.
Los colegios de la zona lo utilizaban para hacer actividades de educación física ya que había una cancha de básquet y un vestuario, pero este último estaba clausurado por que no estaba en condiciones. Los fines de semana se hacían asados y más tarde se juntaban entre vecinos a tomar mate y conversar.
El lugar se llenaba y nosotros que jugábamos a la pelota en grupo muchas veces venían pibes de la zona o de otros lados y nos desafiaban a jugar con ellos. A veces se jugaba bien pero otras veces por algún roce o patada fuera de lugar terminaba todo a las piñas. Con el paso del tiempo muchas de las cosas que conté se fueron perdiendo, por la noche como no había iluminación la zona se había convertido insegura.
Después de años de quejas y denuncias de vecinos el municipio comenzó con el proyecto del Polideportivo. Lo primero que hicieron fue una plaza para los más chicos, se alambró todo el predio, se construyó un club donde se dan clases de gimnasia, cumpleaños y reuniones vecinales.
Se remodeló la cancha de básquet y el vestuario y se utiliza los fines de semana para los campeonatos baby fútbol de FADI.
También se construyeron dos canchas de bochas para los mayores. Hay mantenimiento, se plantaron árboles, muchas flores, hay gente que cuida el lugar ya que por las noches permanece cerrado.
La gente está agradecida de haber recuperado este espacio de encuentro que está en la calle Homero Manzi 1600, entre Gral. Pico y la Avenida Centenario Uruguayo.
Osvaldo
posted by Revista CTC | 10:06 AM
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