ENCUENTROS EN LA VEREDA
Cuantos momentos maravillosos en la vereda , en las veredas de mi barrio. Quizás estas líneas te lleven de la mano a recordar tus propios encuentros allí o te hagan descubrirlos o mirarlos como nunca lo has hecho.
La vereda es un espacio que antecede a tu lugar , es la conexión entre el camino y “lo tuyo”.También es la senda por donde nos dirigimos a otros lugares , es sobre todo , un espacio común , un lugar para encontrarse , una expresión sencilla de libertad .
Cuantos momentos maravillosos en la vereda , en las veredas de mi barrio. Quizás estas líneas te lleven de la mano a recordar tus propios encuentros allí o te hagan descubrirlos o mirarlos como nunca lo has hecho.
La vereda es un espacio que antecede a tu lugar , es la conexión entre el camino y “lo tuyo”.También es la senda por donde nos dirigimos a otros lugares , es sobre todo , un espacio común , un lugar para encontrarse , una expresión sencilla de libertad .
Algunas veces la palabra “vereda” cuestionó el rumbo , cuando oíamos “entrar en vereda” .¡Cuántas generaciones fueron signadas con extra frase que con poco llamaba a enderezarse .
El transitar y estar en la vereda ha cambiado con el tiempo . En el que me ha tocado viví , en la vereda , muchos momentos que atesoro .
El transitar y estar en la vereda ha cambiado con el tiempo . En el que me ha tocado viví , en la vereda , muchos momentos que atesoro .
Desde muy pequeña la vereda de mi casa era el lugar donde encontraba a mi abuela tejiendo , con un pañuelo en la cabeza por el sol . Entre “medios puntos y baretas” cruzaba palabras con muchos vecinos que se detenían unos instantes a conversar con ella . El asombro y la curiosidad me instalaban en medio de esas situaciones donde era común escucharlos hablar en otras lenguas , o a medias lenguas . El mío era un barrio de inmigrantes... veredas llenas de recuerdos y sueños para compartir .
La abuela en la vereda aseguraba largas estadías de juegos frente a las casas aledañas : la rayuela , el elástico y la mancha eran los preferidos . También el cordón ofrecía un atractivo singular : por allí caminábamos enfilando un pie tras otro , haciendo equilibrio con los brazos extendidos y , en un instante , éramos acróbatas de circo .
Con los varones cobraba importancia la zanja ... construir barquitos y seguirlos por cuadras .
Con los varones cobraba importancia la zanja ... construir barquitos y seguirlos por cuadras .
Cada estación del año explotaba en las veredas , que por momentos ofrecían hojas secas para quemar o hacer crujir con saltos , y en otros las baldosas de todos los tamaños y colores , en infinidad de dibujos , jugaban con la alegría de los jardines florecidos . No había rejas , en ese entonces , y las tapias bajas eran fáciles para saltar y pasar a los interiores de los jardines , a jugar a las escondidas o tomar alguna flor .
Algunas fechas eran especiales para vivir en la vereda y los chicos las esperábamos con ansiedad .Esos días las edades no ponían fronteras , todos sentíamos jugar: la fogata de San Juan , marcar las puertas con ajo y luego comerlo ,construir un muñeco de trapo y quemar con él los males pasados , un “Papá Noel” pasando de casa en casa , los cacerolazos de fin de año , mi papá haciendo sonar una sirena en la terraza a la hora del brindis , los vecinos saliendo al encuentro con vasos en la mano y lágrimas en los ojos , deseos , augurios , estrellitas , bailes , en fin , abuelos , tíos , padres , jóvenes , todos juntos en la calle y la vereda .
No olvido tampoco los carnavales , caminar por las veredas disfrazados , haciendo ruido y otras veces jugando a la guerra de agua con los baldes y bombitas , colmando las horas de la siesta con gritos y carcajadas .
Al llegar la adolescencia la vereda se transformó en el escape , en la concreción de anhelos de libertad . Como un imán la vereda apuraba el ritmo de los quehaceres para encontrarme con la “barra” y agotar las horas entre charlas y mates .A veces las chicas salíamos a caminar , otras nos quedábamos en una vereda sentados en tapiales , piso , pasto ,a disfrutar de la música y el “estar” . Era un ritual que se buscaba y defendía . La vereda nos regalaba el “pertenecer” , en tiempos en que expresarse libremente luchaba contra fantasmas del miedo . En la vereda construíamos una realidad que nos era propia , con códigos nuevos : “ hasta la vereda podíamos” , y con ese permiso “éramos” .
Sin duda el permanecer momentos en la vereda en todos los tiempos ha sido la posibilidad de conocer la vida de otros , compartir sentires y sueños , descubrir la ayuda desinteresada . La vereda ha ayudado a muchos a sentirse acompañados y valorados . La vereda es el espacio formador de vecinos , que transforma individualidad e indiferencia en bien común .Ha colaborado en formar identidad y a preservar las historias propias que hacen a un lugar .
Pero...ya no hay mucha gente en la vereda . Por muchos motivos reales se transita por ella con rapidez y no se permanece mucho tiempo . Casi no hay niños en las veredas de mi barrio ..., tampoco los míos .
La vereda puede ser hoy un desafío : te invita a salir de ti mismo , a entrar en la vida de otros , a construir una realidad mejor .
¿Sería distinto el vivir en el barrio si hubieran mas encuentros en la vereda ¿ Yo me lo pregunto...¿Y vos ¿
Gracias por viajar conmigo con este relato . Verónica ( 36 )
¿Sería distinto el vivir en el barrio si hubieran mas encuentros en la vereda ¿ Yo me lo pregunto...¿Y vos ¿
Gracias por viajar conmigo con este relato . Verónica ( 36 )